CARCASSONNE.
Hola, bienvenidos de nuevo, hoy hablaremos del juego de mesa que tanto ha evolucionado: el Carcassonne. Probablemente para unos sea uno de sus juegos favoritos con el que se distrae, a la vez que para otros este nombre puede sonar a chino. Pero no pasa nada, aquí estamos para explicarlo y enseñar una serie de pautas básicas.
Este juego está inspirado en una de las ciudades del sur de Francia conocida en todo el mundo por su patrimonio arquitectónico. Sin embargo, hoy no estamos aquí para hablar de la ciudad, sino del juego de mesa que porta su nombre: Carcassonne.
Desde un principio, lo que más nos llama la atención son las losetas. Estas forman el tablero de juego que los jugadores van creando a medida que el juego avanza. Cada loseta consta de un dibujo diferente y los jugadores tienen que juntarlas dependiendo de su dominio.
Los jugadores van colocando losetas sucesivamente, dependiendo de su dominio. Siguiendo este modelo, los jugadores juntan hierba con hierba, y no creando un camino donde no tendría sentido alguno. A medida que se van uniendo las losetas, el tipo de dominio va aumentando hasta que en un determinado, éste se cierra.
Una vez se han colocado las losetas, el jugador que lo haya hecho, puede colocar una de sus figuras, conocidas como "seguidores", encima de las partes que forman el tablero. Sin embargo, hay algunas condiciones para hacerlo correctamente:
- Cuando se coloca un "seguidor", se debe elegir en qué parte del dominio es colocado. En ese momento, el "seguidor" pasa a tener el control del dominio, sea cual sea su tamaño.
- No puede haber más de un "seguidor" en un mismo dominio.
Un consejo que queda entre nosotros: Es preciso saber colocar bien los distintos "seguidores" y dónde poner cada una de las losetas para no beneficiar al adversario. ¡Si hacéis eso seguro que seréis los reyes del tablero!
Hasta la próxima.
Comentarios
Publicar un comentario